Tras la desaparición en estos últimos años de
equipos ciclistas tan emblemáticos como el Euskaltel Euskadi que creaban cantera
y afición (aunque algunos equipos han conseguido mantenerse al asociarse con grandes
patrocinios), existe cierto temor por la extinción de un ciclismo de ruta tradicional que
transmitía ciertos valores y el triunfo de un ciclismo condicionado por otros factores
que podrían no hacerle bien alguno. A pesar de esta situación, existe dentro de este
mundo ciclista otra categoría que tradicionalmente ha quedado aún más marginada del
deporte universal y que seguramente todos que tuvimos bici y un entorno favorable hayamos
practicado alguna vez en nuestras vidas: el ciclocross, aunque puede que de manera no
profesional o involuntariamente.
El ciclocross o CX (también documentado como cyclo-cross o ciclocrós)
es aquella disciplina ciclista en la que un número de corredores tiene como objetivo
completar una serie de vueltas a un circuito cerrado. La organización suele ubicar este
recorrido en campos y prados para permitir así la introducción de obstáculos y
elementos que el ciclista tiene que superar para ganar la prueba en cuestión, bajándose
de su bicicleta o con el desarrollo de diferentes técnicas. De todas maneras, las pruebas
de ciclocross también pueden desarrollarse sobre asfalto o pistas de arena, aunque
normalmente son pequeños tramos en un circuito superior.
A pesar de las condiciones a la que se enfrenta el ciclista, la bicicleta que se usa en
esta modalidad es bastante similar a la utilizada en el ciclismo de ruta, aunque tiene
alguna variación para adaptarse al terreno. Por ejemplo, los cuadros son algo más anchos
y sólidos, lo que permite poner una rueda más grande que mejora la tracción; los frenos
son de cantilever para que el agarre sea mayor en tramos embarrados o pantanosos; y se
emplean pedales elevados similares a los de una bicicleta de montaña, tal y como se
explicará con más detenimiento en las bicicletas de ciclocross.
Por otra parte, el ciclocross suele practicarse en otoño o en invierno, temporadas en
el clima es el más apropiado para llevar al extremo las duras condiciones. Sin embargo,
debido a la época en la que se celebran y a causa de que muchos ciclistas de ruta
también participan en estas pruebas, esta disciplina se ha considerado en bastantes
ocasiones como parte de una preparación específica para la temporada oficial del
ciclismo de ruta que comienza en primavera.
Asimismo, la Unión Ciclista Internacional (UCI) no reconoce ningún equipo profesional
de ciclocross, por lo que muchos corredores asisten a estas carreras integrándose en
equipos de ciclismo de ruta o ciclismo
de montaña que la UCI sí acepta (como el Telenet-Fidea Cycling Team) o bajo
pequeños equipos o patrocinios de ciclocross (como el Specialized-Garmar, bizikleta.com
o C.C. Colloto-Ciudad de Oviedo). A pesar de todo, la estrategia y la victoria en
la carrera casi siempre serán individuales.
Además, y a pesar de que la primera edición del Campeonato Mundial de Ciclocross
fue organizado por la Unión Ciclista Internacional allá en el año 1950, el ciclocross no es actualmente
deporte olímpico, a diferencia de otras disciplinas más recientes como el bicicross (o
BMX). De todas maneras, este año la UCI y el COI (Comité Olímpico Internacional) se han
reunido para debatir acerca de la incorporación de esta disciplina a los Juegos de
Invierno, un paso muy importante que podría servir de impulso para terminar con la
marginación de esta modalidad.
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